Videos

sábado, 23 de septiembre de 2017

60’s radio

En los 60's solía estudiar con la radio puesta, cosa que no era del agrado de mis padres ya que no me ceñía a una emisora sino que iba buscando continuamente las canciones que me gustaban y anotando su título o algo que me parecía podía ser el título y la fecha y hora de la escucha. Lo más seguro es que no representaran a las canciones que se emitían por la radio, ya que eran las que yo seleccionaba porque eran de mi gusto. Luego, o a la vez, transmitía a mi novia por carta lo que estaba escuchando y las sensaciones que me inspiraba esa música. De lo que se deduce claramente que estudiar, estudiaba poco.
En momentos de cierto desasosiego, desde entonces, escuchar música como la de Jerome Kern y ver bailar a Fred y Ginger, me ha alegrado el día. Y ahora con “Cataluña” hasta en la sopa, intento no hacer caso de las tonterías y mentiras que corren, y sin conseguirlo del todo, continuo con la música cómo áncora donde fondear con cierta seguridad.
Ver bailar Smoke gets on your eyes a esta pareja con esa perfección y elegancia trasporta a otra realidad virtual más satisfactoria. Esa inicial bajada de la escalera con el traje de satén negro de Ginger, lo más seguro con algo de peso en los bajos para que caiga tan bien, es una gozada.
El humo ciega tus ojos, como se tituló en español, nos llegó en la versión de The Platters y tuvo enorme éxito. Yo la escuche y tomé nota de ello en 22 de septiembre de 1963.





Incondicional soy de Françoise Hardy y siempre lo seré. Ya tengo una entrada del blog dedicada a ella (Françoise Hardypero no es suficiente. Y aunque sus canciones son semejantes unas a otras, siempre me resultan encantadoras (las canciones y Françoise). De ésta canción, C'est à l'amour auquel je pensé de 1962, dejé constancia el 4 de marzo del 64.




De la misma forma que Françoise Hardy es la mejor para mí en cuanto a mujer cantante, es Elvis como voz masculina. El Rey. Y esta, Return to sender, ahora hace 53 años que la escuchaba en Madrid un 30 de septiembre de 1964. ¡Que bien se mueve acompañando la música!.


Un número 1 en España en 1963 fue En ecoutant la pluie con Sylvie Vartan. La escuchábamos a todas horas en las versiones de Richard Anthony, de Miguel Rios, de Los H.H., y más tarde la original de The Cascades.





Durante el curso 63-64 estuve interno en un colegio de preparación militar para la Escuela Naval. Allí tenía compañeros y amigos algo mayores que yo que tocaban la guitarra y cantaban bien. Una de las canciones que me gustaron fue La Guitarra y el Mar de Freddy Quinn un cantante austriaco que fue también marino y cantaba canciones de ambiente marinero.
Aunque la original es en alemán nosotros la aprendimos en la versión que hizo en español ya que solía salir frecuentemente en TVE.



Una cantante que nos hipnotizó con sus ojos en la película A pleno sol y que se le llamó La chica de los ojos dorados, titulo de una peli que interpretó, es Marie Laforet. En aquellos años cantó una serie de canciones muy suaves y francesas que gustaron entre los de nuestra edad. Aquí canta Lo que hace llorar a las chicas en su versión original en francés. Ésta la anoté el 15 de septiembre de 1964.



Y, como ya he comentado, lo mío con Françoise Hardy raya en la obsesión. Me encanta, y además siempre que veo sus videos, aparte de recordar aquellos años con mi novia, me recuerda todo alrededor de ella. Tenían un semblante muy parecido.
Aquí está con Tu verras de 1965.




En estos días de inquietud y malestar aquí en Cataluña, al menos estas canciones me hacen olvidar por un instante todo y alcanzar una tranquilidad interior junto con una alegre melancolía.


jueves, 21 de septiembre de 2017

Ewig...Ewig...Ewig


La Canción de la Tierra de Mahler es una obra genial, y la sexta canción de éste conjunto, Der Abschied (La Despedida), es algo que se sale de todo comentario. En ella, la visión de Mahler se vuelca totalmente sobre el pasado con añoranza, la vida se muestra como un tierno recuerdo, con serena resignación se contempla la naturaleza como el más preciado don que posee el ser humano.
Se trata de una obra sumida en la tristeza. El último movimiento es una verdadera despedida a la vida. Pero no se ha de interpretar el final de esta obra como una amarga resignación de un hombre que ha perdido la fe. Durante toda su vida Mahler se ha preocupado de descifrar los secretos trascendentales de la vida y de la muerte, sobre lo que ocurrirá después de la muerte. Se encuentran tres etapas en su pensamiento. Con ideas heredadas del judaísmo de su juventud, pasó a un cristianismo, cuya máxima expresión es su octava sinfonía. Los acontecimientos ocurridos poco tiempo después le hacen dudar seriamente de su fe, refugiándose en la lectura de textos orientales. Su modo de pensar cambia, acercándose a las ideas de las religiones budistas, confucionistas y taoístas. Unos sistemas filosóficos que cambian el sentido de ver las cosas. 
Si nos fijamos en el final de la sinfonía, que en todos sus movimientos ha sido tan negativa, reflejando las ilusiones de la vida como sueños imposibles, vemos que está llena de esperanza. Su parte final es un canto a la eternidad y al infinito. Son sonidos que quedan suspendidos en el aire, una coda inmaterial, un alma iluminada por el mas allá.
Un par de silencios aumentan considerablemente la tensión emocional. La contralto canta apasionadamente el tema final de la despedida, con notas cada vez más largas, hasta llegar a la palabra ewig, eternamente.
La Canción de la Tierra dura un poco más de 1 hora. Aquí he puesto solo la parte final de La Despedida, ya que si no resultaría un poco larga para un blog. Aquí tenemos a Bernard Haitink (director), Anna Larsson (contralto) y la Concertgebouw Orchestra.



::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Ich suche Ruhe für mein einsam Herz.
Busco la tranquilidad para mi corazón solitario.
Ich wandle nach der Heimat, meiner Stätte.
Hago camino hacia la patria, hacia mi hogar.
Ich werde niemals in die Ferne schweifen.
Ya nunca más vagaré en la lejanía.
Still ist mein Herz und harret seiner Stunde.
Mi corazón está tranquilo y espera su hora.
Die liebe Erde allüberall blüht auf im Lenz und grünt aufs neu!
¡La querida tierra florece por todas partes en primavera y se llena de verdor nuevamente!
Allüberall und ewig blauen licht die Fernen!
¡Por todas partes y eternamente resplandece de azul la lejanía.
Ewig ... ewig ...
Eternamente... eternamente...

Las últimas palabras que canta la soprano al final de la obra son reveladoras. Con ellas quiere expresar que la vida no termina con la muerte. Como la primavera, vuelve a renacer. La muerte es seguida de un nuevo renacer, una nueva vida. Esto continuará eternamente. Son las ideas en que se basa la reencarnación, para volver cada vez a una vida más perfecta, hasta alcanzar los grados más elevados de la perfección.