Un cantante que en los 60's nos encantó a todos fue Adamo. Primero llegaron sus canciones en francés, aunque la primera que se hizo algo conocida en 1964 en España, a pesar de que buscando en Internet casi siempre pone que es posterior, fue Dolce Paola en italiano y se refería a la princesa Paola de Bélgica.
Luego nos cayó del cielo el Tombe la neige que era una joya. La escribió con 20 años y aunque le aconsejaron esperar al invierno por aquello de la nieve, Adamo se obstinó y se difundió en pleno verano. Y en ese verano se decidió mi vida, así que además de convertirse en un gran éxito internacional y un clásico, a mí no se me podrá nunca olvidar ni la canción ni lo que fue ese verano.
Esta canción está compuesta con una métrica haiku, por lo que tuvo una especial aceptación en Japón. Muchos piensan allí que es una canción tradicional nipona. Estuvo 72 semanas en cabeza de las listas japonesas, casi un año y medio.
Era, y es, una canción que entonces bailábamos lo más agarrado posible ya que todo llevaba a ello. Y a las chicas les encantaba las canciones de Adamo. Lo se porque tenía 3 hermanas, 6 cuñadas y 1 novia que ponían los discos continuamente y cuando hizo las versiones en español, más.
Esta canción está compuesta con una métrica haiku, por lo que tuvo una especial aceptación en Japón. Muchos piensan allí que es una canción tradicional nipona. Estuvo 72 semanas en cabeza de las listas japonesas, casi un año y medio.
Era, y es, una canción que entonces bailábamos lo más agarrado posible ya que todo llevaba a ello. Y a las chicas les encantaba las canciones de Adamo. Lo se porque tenía 3 hermanas, 6 cuñadas y 1 novia que ponían los discos continuamente y cuando hizo las versiones en español, más.
En este primer EP venían 4 canciones geniales, 3 de ellas a mí me tocaban la fibra más sensible. El Tombe la neige, Si jamais y Quand les roses.
Ponías el disco y no había que separarse más que para darle la vuelta rápidamente y, casi siempre, había alguien junto al tocadiscos que se encargaba de ello. Así que no permitía que nadie viniera a romper el hechizo y podías bailar un buen rato pegadito (dentro de lo que se podía en el 64).
Si jamais es una preciosa canción, por lo menos para mí y mis amigos y amigas próximos.
Quand les roses me lleva a las Navidades del 64, cuando hacía 3 meses que no veía a mi reciente y primera novia y tenía tantas ganas de verla y ningún permiso de mis padres para hacerlo que decidí escaparme sin decir nada. Era largarse de Madrid a Murcia y ya tenía el billete de tren. Pero los amigos y mi hermana me aconsejaron que no lo hiciera. Mientras lo decidía o no en casa de Eugenio, amigo y compañero de Preu, escuchábamos música. Dos eran las canciones que repetíamos, Tell me de The Rolling Stones y Quand les roses.
Terminé por no escaparme, me llevé la consabida bronca ya que se supo mi intención y, finalmente, después de Reyes, me dieron permiso.
El EP con sus canciones en español también fue un bombazo. Por todas partes podías escuchar cualquiera de sus canciones y cantarlas al unísono. En los años 60 del siglo pasado era el artista que más discos vendía en el mundo tras The Beatles. Vendió más de 100 millones de copias en todo el mundo y grabó en varios idiomas.Estas canciones eran aprovechadas como coartada para iniciar cortejos aproximativos durante el baile agarrado, que sus compases ritmados y la suavidad de sus letras invitaban a recorrer. En la España de entonces, las canciones de Adamo fueron en principio recibidas con algún recelo, por considerar su interpretación algo afectada. Pero, poco a poco, su música, sus letras y la sencilla dulzura de sus acordes fueron imponiéndose. Cada nuevo título de Adamo se elevaba en las listas de ventas hasta la cúspide, compitiendo con los The Beatles.
Aquí tenemos Ella anda y J'aime de 1965.
El guateque fue en la España de esos años el único escenario permitido para el "ligoteo" entre adolescentes convocados alrededor de la música bailable. Tocadiscos, patatas fritas, refrescos y marcha eran requisitos imprescindibles para la fiesta. La gran prueba para incorporarse a un guateque era la de vencer la timidez. El otro reto consistía en llevar el compás con desenvoltura, sin pisar a tu pareja y poder dialogar mientras se bailaba cada vez más cerca. La música de Adamo se convertía en la mayor ayuda para estos acercamientos. Y podíamos entender la letra ya que en Bachiller, hasta los años setenta, tuvimos por lengua extranjera obligada la francesa, amorosa por excelencia.
Otras del 66, de las que nos facilitaba el canto en español fueron Un mechón de su cabello y Sonnet pour notre amour. La verdad es que hacía unas muy buenas versiones en español de sus canciones y pasábamos de un idioma a otro y de un disco a otro sin saber muy bien si eran el último o el penúltimo. Nos daba igual, eran un embeleso de canciones.
De igual forma que he elegido estas canciones podían haber sido otras muchas más. Fueron pocos años, pero era un no parar de recibir canciones estupendas de Adamo, en el momento en que nos iniciábamos en los enamoramientos. Para despedirme lo haré con Elle etais belle pourtant, también del 66.
Tus comentarios me han llevado a esa época de mi primera juventud en la que Adamo me marcó para siempre. Sigo llevando el corazón en bandolera. Gracias Alejandro por este estupendo regalo
ResponderEliminarGracias a ti por tener la paciencia de leerlo. Siempre nos gustará Adamo por sus canciones y por el momento en que llegaron.
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